De aquellos momentos en los que no sabes cómo conoces a una persona maravillosa, de aquellos momentos vagos que no ubicas bien cómo llegan historias y trayectorias de vida ejemplares a tu lado. De ésos momentos emerge una amistad, la de Olivia Domínguez Prieto quien forma parte de tiempos mágicos de discusiones, cuestionamientos y reflexiones en torno a la educación, en particular de la de matemáticas en contextos multiculturales, como la ciudad de México. Olivia, es especialista en urbanismo y en el año de 2006 la Universidad Nacional Autónoma de México le otorgó la medalla al mérito universitario Medalla Alfonso Caso como la graduada más destacada del programa de Doctorado en Urbanismo. Olivia, gracias por compartir tu tiempo y espacio conmigo.
Xaab.- ¿Cómo es tu día?, es decir ¿Cómo es el día de un científico?
Olivia.- Antes que nada, muchas gracias por considerarme para tu diario. Para muchos -aún en el contexto actual- se duda que quiénes nos dedicamos a las ciencias sociales seamos realmente científicos. Creo que es una vieja discusión que podríamos retomar en algún otro momento. De cualquier forma te agradezco mucho el interés como siempre. Mi día comienza despidiendo a mi esposo y dando de comer a mis mascotas. Posteriormente tengo que enfrentarme al flujo vehicular de la ciudad de México topándome a diario con nuevas obras viales e individuos desesperados por llegar a sus lugares de trabajo. Por lo general, he programado mis clases por la mañana, pues me siento llena de energía y creo que los estudiantes logran mantener una mejor atención. Realmente disfruto mucho el dar clases, siempre aprendo algo nuevo y me da mucho gusto ver que he podido dejar aunque sea una pequeña huella en los estudiantes. Todos los días son diferentes: unos días tenemos juntas académicas, otros más me dedico a escribir y los que disfruto más son los que dedico al trabajo de campo y a la investigación. El día es insuficiente para poder hacer todo lo que quisiera, pero trato de organizarme para pensar al final que ha sido productivo. Puedo decir que me encanta lo que hago –a excepción de las largas juntas ¡ja,ja!-
Xaab.- ¿De dónde y desde cuando te nació la pasión por dedicarte a la ciencia?
Olivia.- Tengo una historia un poco curiosa y nunca entiendo claramente por qué mi vida tomó el rumbo de las ciencias sociales y no otro. Mis padres son médicos, así que desde pequeña mi mundo giraba en torno a los hospitales y a la medicina. Y mi curiosidad siempre iba más allá. Uno de los mejores regalos que recibí fue un microscopio, pero no era un microscopio de juguete, si no uno un poco más profesional. Incluso mi madre me dotó de algunas laminillas con muestras de tejidos. Conforme fui creciendo pasaba mis tardes en el hospital donde trabajaba mi mamá y cuando cursaba la secundaria me encerraba horas en el departamento de patología donde el Dr. Quiróz, un gran amigo de la familia, me explicaba pacientemente todo lo que podía ver en ese maravilloso mundo microscópico. Creo que fui una niña un poco extraña, hija única por azáres de la vida, entre mis pasatiempos se encontraban los juegos de química y biología, los libros de astronomía y arqueología y el aprender muchas cosas más de las que se aprenden en la escuela. No obstante, mi rumbo cambió durante el último año del bachillerato, cuando descubrí que las problemáticas sociales realmente eran importantes para la humanidad y decidí en principio estudiar sociología, para posteriormente especializarme en los temas urbanos.
Xaab.- ¿Cuál o cuáles han sido las dificultades más grandes que has tenido que superar para continuar tu camino hacia la investigación científica?
Olivia.- Creo que me ha tocado –como a muchos de mis compañeros- formarme en una generación difícil. Ahora el contar con un doctorado o un posdoctorado no garantiza tener un “lugar seguro” en el ámbito laboral. No le temo a la competencia sino a la falta de oportunidades. Las plazas son pocas y cada vez más los aspirantes y eso es frustrante. Creo que ese es un problema fundamental, así como lo es la falta de recursos. Para quiénes trabajamos en instituciones públicas, éstos se reducen cada vez más. Es complicado lograr buenos financiamientos y esto impide que tu trabajo pueda darse a conocer.
Xaab.- ¿Cuál o cuáles han sido los logros más importantes dentro de tu trayectoria científica?
Olivia.- Poder formar nuevos científicos sociales y reconocer en ellos grandes potencialidades. Creo también que los reconocimientos que más valen la pena son los que hacen los estudiantes de tu trabajo.
Xaab.- ¿Cómo resumirías en un párrafo tu labor científica?
Olivia.- Mi objetivo principal es poder compartir lo que hago, por poquito que sea, pero siempre con un gran compromiso con los demás. Para mí, el compromiso con el otro es lo más importante.
Xaab.- Finalmente ¿Qué le recomendarías a aquellas personas que desean dedicar su vida a la labor científica?
Olivia.- Que le entreguen el corazón, que tengas claro que muchas veces hay que dejar de lado muchas diversiones y compromisos con amigos y familiares, pero que son muchas otras las satisfacciones que pueden obtenerse. Que sean pacientes y siempre luchen por sus sueños.
Olivia, muchas gracias por permitirme conocer un poco sobre tí y de tu quehacer diario. Varias respuestas me encantaron, deseo retomar algunas de ellas: “Me siento llena de energía y creo que los estudiantes logran mantener una mejor atención... realmente disfruto mucho el dar clases, los que disfruto más son los que dedico al trabajo de campo y a la investigación, trato de organizarme para pensar al final que ha sido productivo. Puedo decir que me encanta lo que hago –a excepción de las largas juntas ¡ja,ja!- descubrí que las problemáticas sociales realmente eran importantes para la humanidad, no le temo a la competencia sino a la falta de oportunidades, poder formar nuevos científicos sociales y reconocer en ellos grandes potencialidades, poder compartir lo que hago, el compromiso con el otro es lo más importante, que le entreguen el corazón, que tengas claro que muchas veces hay que dejar de lado muchas diversiones y compromisos con amigos y familiares, pero que son muchas otras las satisfacciones que pueden obtenerse. Que sean pacientes y siempre luchen por sus sueños".
_______Olivia Domínguez Prieto es egresada de la licenciatura en sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco y pasante de la carrera de historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, maestra en Antropología Social por la Escuela Nacional de Antropología e Historia y Doctora en Urbanismo por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha publicado diversos artículos en revistas y libros colectivos, y ha participado presentando trabajos de su autoría sobre temáticas sociales y urbanas en eventos académicos de corte nacional e internacional en México, Uruguay, El Salvador, Honduras, Argentina, los Estados Unidos y Japón. Actualmente funge como profesora investigadora en la Sección de Posgrado e Investigación de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA- Tecamachalco) del Instituto Politécnico Nacional y como docente en la licenciatura y en el posgrado en Antropología Social en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. En el año de 2006 la Universidad Nacional Autónoma de México le otorgó la medalla al mérito universitario Medalla Alfonso Caso como la graduada más destacada del programa de Doctorado en Urbanismo. Es autora del libro “Trovadores Posmodernos. Los Músicos del Sistema de Transporte Colectivo Metro”, editado por la UNAM (2010). Durante el 2011 concluyó su estancia posdoctoral en la Escuela Nacional de Antropología e Historia
Xaab.- ¿Cómo es tu día?, es decir ¿Cómo es el día de un científico?
Olivia.- Antes que nada, muchas gracias por considerarme para tu diario. Para muchos -aún en el contexto actual- se duda que quiénes nos dedicamos a las ciencias sociales seamos realmente científicos. Creo que es una vieja discusión que podríamos retomar en algún otro momento. De cualquier forma te agradezco mucho el interés como siempre. Mi día comienza despidiendo a mi esposo y dando de comer a mis mascotas. Posteriormente tengo que enfrentarme al flujo vehicular de la ciudad de México topándome a diario con nuevas obras viales e individuos desesperados por llegar a sus lugares de trabajo. Por lo general, he programado mis clases por la mañana, pues me siento llena de energía y creo que los estudiantes logran mantener una mejor atención. Realmente disfruto mucho el dar clases, siempre aprendo algo nuevo y me da mucho gusto ver que he podido dejar aunque sea una pequeña huella en los estudiantes. Todos los días son diferentes: unos días tenemos juntas académicas, otros más me dedico a escribir y los que disfruto más son los que dedico al trabajo de campo y a la investigación. El día es insuficiente para poder hacer todo lo que quisiera, pero trato de organizarme para pensar al final que ha sido productivo. Puedo decir que me encanta lo que hago –a excepción de las largas juntas ¡ja,ja!-
Xaab.- ¿De dónde y desde cuando te nació la pasión por dedicarte a la ciencia?
Olivia.- Tengo una historia un poco curiosa y nunca entiendo claramente por qué mi vida tomó el rumbo de las ciencias sociales y no otro. Mis padres son médicos, así que desde pequeña mi mundo giraba en torno a los hospitales y a la medicina. Y mi curiosidad siempre iba más allá. Uno de los mejores regalos que recibí fue un microscopio, pero no era un microscopio de juguete, si no uno un poco más profesional. Incluso mi madre me dotó de algunas laminillas con muestras de tejidos. Conforme fui creciendo pasaba mis tardes en el hospital donde trabajaba mi mamá y cuando cursaba la secundaria me encerraba horas en el departamento de patología donde el Dr. Quiróz, un gran amigo de la familia, me explicaba pacientemente todo lo que podía ver en ese maravilloso mundo microscópico. Creo que fui una niña un poco extraña, hija única por azáres de la vida, entre mis pasatiempos se encontraban los juegos de química y biología, los libros de astronomía y arqueología y el aprender muchas cosas más de las que se aprenden en la escuela. No obstante, mi rumbo cambió durante el último año del bachillerato, cuando descubrí que las problemáticas sociales realmente eran importantes para la humanidad y decidí en principio estudiar sociología, para posteriormente especializarme en los temas urbanos.
Xaab.- ¿Cuál o cuáles han sido las dificultades más grandes que has tenido que superar para continuar tu camino hacia la investigación científica?
Olivia.- Creo que me ha tocado –como a muchos de mis compañeros- formarme en una generación difícil. Ahora el contar con un doctorado o un posdoctorado no garantiza tener un “lugar seguro” en el ámbito laboral. No le temo a la competencia sino a la falta de oportunidades. Las plazas son pocas y cada vez más los aspirantes y eso es frustrante. Creo que ese es un problema fundamental, así como lo es la falta de recursos. Para quiénes trabajamos en instituciones públicas, éstos se reducen cada vez más. Es complicado lograr buenos financiamientos y esto impide que tu trabajo pueda darse a conocer.
Xaab.- ¿Cuál o cuáles han sido los logros más importantes dentro de tu trayectoria científica?
Olivia.- Poder formar nuevos científicos sociales y reconocer en ellos grandes potencialidades. Creo también que los reconocimientos que más valen la pena son los que hacen los estudiantes de tu trabajo.
Xaab.- ¿Cómo resumirías en un párrafo tu labor científica?
Olivia.- Mi objetivo principal es poder compartir lo que hago, por poquito que sea, pero siempre con un gran compromiso con los demás. Para mí, el compromiso con el otro es lo más importante.
Xaab.- Finalmente ¿Qué le recomendarías a aquellas personas que desean dedicar su vida a la labor científica?
Olivia.- Que le entreguen el corazón, que tengas claro que muchas veces hay que dejar de lado muchas diversiones y compromisos con amigos y familiares, pero que son muchas otras las satisfacciones que pueden obtenerse. Que sean pacientes y siempre luchen por sus sueños.
Olivia, muchas gracias por permitirme conocer un poco sobre tí y de tu quehacer diario. Varias respuestas me encantaron, deseo retomar algunas de ellas: “Me siento llena de energía y creo que los estudiantes logran mantener una mejor atención... realmente disfruto mucho el dar clases, los que disfruto más son los que dedico al trabajo de campo y a la investigación, trato de organizarme para pensar al final que ha sido productivo. Puedo decir que me encanta lo que hago –a excepción de las largas juntas ¡ja,ja!- descubrí que las problemáticas sociales realmente eran importantes para la humanidad, no le temo a la competencia sino a la falta de oportunidades, poder formar nuevos científicos sociales y reconocer en ellos grandes potencialidades, poder compartir lo que hago, el compromiso con el otro es lo más importante, que le entreguen el corazón, que tengas claro que muchas veces hay que dejar de lado muchas diversiones y compromisos con amigos y familiares, pero que son muchas otras las satisfacciones que pueden obtenerse. Que sean pacientes y siempre luchen por sus sueños".
_______Olivia Domínguez Prieto es egresada de la licenciatura en sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco y pasante de la carrera de historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, maestra en Antropología Social por la Escuela Nacional de Antropología e Historia y Doctora en Urbanismo por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha publicado diversos artículos en revistas y libros colectivos, y ha participado presentando trabajos de su autoría sobre temáticas sociales y urbanas en eventos académicos de corte nacional e internacional en México, Uruguay, El Salvador, Honduras, Argentina, los Estados Unidos y Japón. Actualmente funge como profesora investigadora en la Sección de Posgrado e Investigación de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA- Tecamachalco) del Instituto Politécnico Nacional y como docente en la licenciatura y en el posgrado en Antropología Social en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. En el año de 2006 la Universidad Nacional Autónoma de México le otorgó la medalla al mérito universitario Medalla Alfonso Caso como la graduada más destacada del programa de Doctorado en Urbanismo. Es autora del libro “Trovadores Posmodernos. Los Músicos del Sistema de Transporte Colectivo Metro”, editado por la UNAM (2010). Durante el 2011 concluyó su estancia posdoctoral en la Escuela Nacional de Antropología e Historia
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