Hola.
Espero que estés bien. Continuando con las dificultades que
enfrentarás en tu carrera científica, aquí algunas respuestas de
destacados investigadores.
"En
primer lugar el aspecto económico, ya que, en ocasiones me resultaba
insuficiente el ingreso obtenido durante mis estudios de posgrado
para lograr mis objetivos planteados al inicio de mi formación
científica, aunado a esto la separación y la distancia que tuvo que
haber de mi persona con mi familia." (Héctor Hugo, experto en
Física teórica)
"Personalmente
viví una dificultad mayor con la muerte de mi padre. Cursaba yo mis
estudios profesionales y tuve que abandonarlos temporalmente al
quedar, de una u otra forma al frente de las responsabilidades
familiares. Mis hermanos grandes ya tenían su propia vida y en
algunos casos estaban lejos. En esos años, también colaboraba en
acciones de educación popular y alfabetización. Conocí entonces
los trabajos de Paulo Freire, los que me motivaron sobre manera a
buscar cosas equivalentes en las matemáticas y su enseñanza. Al
regresar a la escuela, quise volver para tratar los vínculos entre
Matemáticas y Sociedad, tomé entonces la decisión, por consejo de
un profesor y amigo, de ingresar a la Maestría en Ciencias que
ofrece el Cinvestav en Matemática Educativa pues se trataba de un
campo que vinculaba mi gusto y habilidades por las matemáticas con
mi convicción por ayudar a quien aprende.
Considero, que en tanto
científico, viví otras situaciones desagradables. Me topé por
ejemplo con colegas que, sin demasiada idea de rumbo, ni altura de
miras, dejaron que sus celos profesionales nublaran sus acciones y
empezaron en ese entonces una guerra entre grupos por demás
innecesaria." (Ricardo Cantoral, especialista en Matemática
Educativa)
"Uno ha sido
vencer mi timidez y mi inseguridad propia, como persona. La otra ha
sido los modelos de enseñanza. En mi formación básica no tuve
problema, pero en la facultad empecé a sentir que me había
equivocado. Los profesores universitarios, en su mayoría, dan clase
creyendo que saber el contenido de la materia es todo lo que
necesitan para enseñar; hablan a los alumnos con un lenguaje
inaccesible, exponen teoremas y demostraciones que están en los
libros y, en cambio, no hacen nada por enseñar a pensar. No es que
en la primaria o en la secundaria te enseñen a pensar, en mi caso
particular, las circunstancias familiares, me enseñaron a pensar
racionalmente; mis padres eran muy racionales y así se dirigían a
nosotros y así nos educaban. Por eso la escuela para mí era pan
comido.
En la facultad las cosas
se complicaron, mis papás no habían terminado sus carreras, sólo
las empezaron; nadie en mi casa conocía la cultura de hacer una
carrera universitaria, era un territorio al que entré sola, en un
momento de mi vida en que la inseguridad y la timidez eran fuertes y
me toca enfrentarme a algo nuevo y a unas clases en las que te
exponen demostraciones, pero no te enseñan a demostrar; te dejan
resolver problemas pero no te platican que hay estrategias, no te
dicen “esta demostración echa mano de tal artificio que se aplica
en un montón de demostraciones y en la resolución de muchos
problemas”. En los exámenes incluyen al menos un problema “con
truco” y, tales problemas, si no los has pensado anteriormente es
altamente improbable que los puedas resolver. Con decirte que yo no
sabía que los problemas se podían pensar durante largos periodos de
tiempo; yo venía acostumbrada a resolver “problemas” en
automático casi; ya en la facultad si un problema no me salía en
media hora yo pensaba “no la hago”, “no sirvo para esto” y no
lo seguía pensando. Por suerte, algunos de mis maestros no fueron
así y sí nos hacían pensar, nos apoyaban y guiaban hasta que
obteníamos conclusiones y resultados, conexiones, etc. Por eso
terminé la carrera.
Después, la siguiente
dificultad fue dar clase. Se sabe hoy, aunque muchos aún no lo
saben, que los maestros tienden a dar clases de la manera en que a
ellos le dieron clases. Pero a mí no me había gustado esa manera y
no quería repetirla, pero no tenía los recursos para resolver este
problema, me faltaba información. En la facultad había cierta
discriminación por aquellos profesores y estudiantes que se
interesaban por la educación. Como sea traté de hacer más
accesibles mis cursos a los alumnos.
Años después, de
pronto, resultó que todos los profesores universitarios teníamos
que ser investigadores, así, por decreto. De nuevo yo no estaba
preparada para eso. No nos forman para ser investigadores; algunos lo
logran a pesar de todo o porque tienen familiares que lo son; otros
no tenemos la fuerza de voluntad o la seguridad o la disciplina. De
cualquier manera yo sentía que no tenía la capacidad para ser
doctora.
Más tarde, por
casualidad, llegué a trabajar a una unidad de la UPN (Universidad
Pedagógica Nacional). Por primera vez en mi vida iba a trabajar con
maestros de primaria. Llegué pensando en todo lo que podría hacer
ya que mis conocimientos matemáticos eran muy ricos como para
motivar a los maestros e inculcarles el amor a mi disciplina. Al
menos eso creía yo. Pero resultó que los problemas que me
planteaban mis alumnos-maestros de primaria, eran preguntas que yo no
sabía responder: “¿cómo enseño fracciones?”, “les cuesta
mucho trabajo comprender la división ¿qué hago?” y así. Para
empezar yo no entendía la problemática, yo recordaba cómo me
habían enseñado y que a mí me había funcionado, pero también
empecé a recordar que antes de entrar a la facultad, la mayoría de
mis compañeros se sentían perdidos o que muchos reprobaban
matemáticas y física. Los exitosos en estas materias representaban
una minoría. Muchos de esos supuestos fracasados eran muy estudiosos
y otros muchos eran muy inteligentes, simplemente algo pasaba.
En la UPN fue cuando
empecé a leer sobre educación matemática, a platicar con mis
alumnos y cuando decidí hacer un doctorado en Matemática Educativa;
sentí que apoyar y formar profesores de educación básica en
matemáticas era algo que realmente me gustaba."(Mariana Luisa,
experta en Matemática Educativa)
"Ups. Que difícil.
No puedo evitar cierta congoja. Desde la primaria a dejar las
situaciones difíciles fuera de mis estudios, casi siempre me decía
“en este momento te toca estudiar” y entonces estudiaba y trataba
de no pensar en las situaciones complicadas de mi alrededor.
Terminando la primaria tuve que dejar el seno familiar, fui a un
internado, los primeros días y meses fueron complicados. Extrañaba
el ambiente familiar, mi pueblo, mi idioma de comunicación, en fin.
Tenía media beca para los tres años de la educación secundaria,
ello por mi rendimiento académico.
Después volví a casa
con mis padres, ya no me acostumbré. Pues había adquirido
independencia, a centrarme en mis cosas, a mis estudios, etc. Estudié
mi bachillerato en mi pueblo natal, estaba en ambiente familiar otra
vez. Pasaron los tres años y nuevamente. Salí, ahora sí muy lejos
de mi pueblo.
Alejarme de todo
nuevamente para continuar con mis estudios profesionales. Y más a
enfrentarme con nuevos patrones sociales, el conocimiento matemático
en la Escuela Superior de Física y Matemáticas causaba estragos en
mi persona. Supongo que siempre supe enfrentarme a esas cosas, con la
ayuda de Oli, Mary, Eliza, Chucho, Chema, Luzma, David, Ali, Paty,
Tania, Emis, Basy, Bel, Edith, Edi, Javier, Horos, Yanitos, Sandy,
María Elena, Arreguín, Miriam, Chelo, Salas ... uff y muchos amigos
más, salí adelante. Y los 4 años pasaron volando.
Pero entonces... Salir
fuera del país, me alejó más de mi pueblo, de mi familia, de mis
amigos, de mi México. Volé por un sueño jejeje. Bueno, asistí
como ponente al Congreso Internacional sobre Investigación en
Didáctica de las Ciencias, al otro lado del charquito, adrenalina
pura. Después, fuí más allá del charquito, como me dijo mi abue
“el lugar en donde es de noche cuándo aquí es de día”. Allí
tuve que superar mis miedos, mis indecisiones, a desenvolverme en
otro idioma y en otra cultura.
Otra de las cosas que
tuve que aprender fue a redactar en este idioma. Recuerdo mis
primeras letras, el adjetivo va después, la oración es de tal modo,
se conjugan así, etc. El pensar e hilar las ideas de un modo (en
Ayuujk) y plasmarlas de otro modo (en Español) me costó trabajo. Me
pasó lo mismo del Español al Inglés. Me gusta aprender idiomas,
pero siempre, siempre en primer lugar está el idioma con el que
conocí los nombres de este mundo, el Ayuujk." (Xaab Nop
Vargas, experto en Matemática Educativa)
Estos
son algunos retos que superamos en nuestras carreras científicas.
Estoy seguro que tendrás las herramientas necesarias y suficientes
para salir avante en las odiseas que emprendas. Esta excelente
entrada merece ser compartida ¿Me ayudas?
Sobre
el autor
____
Xaab
Nop Vargas Vásquez dice “tengo una hermosa familia y unas
amistades maravillosas entre maravilla y maravilla me escapo para
platicar contigo y actualizar este blog. Me gusta compartir mi pasión por la investigación”
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